Luego de haber tomado la mejor decisión de su vida; el reconocer a Jesucristo como su Señor y Salvador por medio de la fe y por consiguiente haber nacido de nuevo, el creyente debe recibir “Instrucciones Bíblicas” con la intención de aprender acerca de su nueva vida en Cristo, así como también las doctrinas, normas y reglas bíblicas que serán el sello en su profesión cristiana.
El Movimiento Misionero Mundial se adhiere a las doctrinas fundamentales de las Sagrada Escritura, tales como:
2 Timoteo 3: 15-17; 2 Pedro 1: 19-21.
La Biblia es la Palabra inspirada de Dios por medio de la cual Él se comunica con su pueblo y la regla infalible de fe y conducta que nos guía con toda seguridad al cielo. A la Biblia no se le puede quitar ni añadir. La Palabra de Dios es inmutable, por lo mismo, sus enseñanzas, preceptos y doctrinas no cambian.
Lucas 24: 47; Juan 3: 16; Romanos 10: 13; Tito 2: 11; 3: 5-7.
La salvación del alma es una transformación que es efectuada en el alma y la vida del creyente. Esta transformación es descrita como un nuevo nacimiento, siendo engendrados por Dios y su palabra.
Romanos 5: 1; Tito 3: 7.
Por medio de la fe el hombre puede ser salvo de la condenación eterna. Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres, gracias a su sacrificio entregado en la cruz, somos salvos.
Mateo 28: 19; Hechos 8: 36-39.
Lucas 24: 49; Hechos 1: 4, 8; 2: 4.
El bautismo en el Espíritu Santo es la investidura de poder sobre la vida del creyente santificado. Esta experiencia, lo vivió la iglesia primitiva, y en la actualidad se mantiene como una promesa divina para todo aquel que decide consagrar su vida a Dios.
Isaías 53: 4; Mateo 8: 16, 17; Marcos 16: 18; Santiago 5: 14, 15.
1 Corintios 12: 1-11.
Para una eficiente labor misionera, es fundamental poseer los dones del Espíritu Santo. Existen nueve dones, de los cuales son clasificados en dones de revelación, poder e inspiración. Sin ellos, la Iglesia carece del equipo necesario para su cabal ministerio, defensa y triunfo contra los poderes del mal.
Gálatas 5: 22-26; Efesios 4: 13.
Cuando los dones están en continua operación , la Iglesia no debe olvidar el amor y todo los demás frutos. Dones sin amor es címbalo que retiñe. Seamos completos y balanceados ¨Lleguemos a la unidad de la fe y el conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo¨
1 Tesalonicenses 4: 3; 5: 23; Hebreos 12: 14; 1 Pedro 1: 15, 16; 1 Juan 2: 6.
La verdadera santidad tiene dos aspectos: el interno y el externo. El creyente santificado será diferente tanto interior como exteriormente. Hay de los que dicen ¨lo de afuera no importa¨, pero la Biblia enseña que sí importa.
Marcos 16: 15-20; Romanos 10: 15.
Los verdaderos cristianos se esforzaron por mantener las normas y principios bíblicos de reunión, comunión, servicio, adoración, amor y gobierno. Cada iglesia tiene la responsabilidad de trabajar en la evangelización del evangelio, visitando orfanatos, cárceles, hospitales, etc.
Génesis 14: 20; 28: 22; Levítico 27: 30; Números 18: 21-26; Malaquías 3: 7-10; Mateo 10: 10; 23: 23.
El creyente debe de cumplir con las obligaciones en todo lo relacionado al sostenimiento de su propia obra y del obrero. Cada iglesia local sostendrá a su pastor por medio de los diezmos y las ofrendas.
Romanos 8: 23; 1 Corintios 15: 51, 52; 1 Tesalonicenses 4: 16, 17.
Es la promesa de Dios para aquellos que se han guardado en santidad, esto incluirá a los muertos en Cristo, quienes serán resucitados y transformados en un abrir y cerrar de ojos, para así estar todos con el Señor por siempre.
Zacarías 14: 1-9; Mateo 24: 30, 31; 2 Tesalonicenses 1: 7; Tito 2: 13; Judas 14, 15.
Luego de haber transcurrido 7 años del levantamiento de la iglesia (rapto), tendrá lugar la aparición de Jesucristo en la tierra, quien vendrá con sus santos millares y salvará Israel del poder del Anticristo en la guerra del Armagedón. Él, nuestro creador, entregará el pago a los que no quisieron obedecer el Santo Evangelio, y reinará por mil años (milenio), sobre la tierra.
Iasías 2: 1-4; 11: 5-10; Zacarías 9: 10; Apocalipsis 19: 20; 20: 3-10.
El ¨milenio¨ se refiere a un período de mil años, en particular, al reinado de Cristo sobre la tierra. Este hecho comenzará con la segunda venida de Cristo y finalizará con el juicio del Gran Trono Blanco.
Isaías 65: 17; 66: 22; 2 Pedro 3: 13; Apocalipsis 21: 1.
Es un lugar físico en el cual moraremos con cuerpos glorificados. El Cielo que declara las sagradas escrituras, será un nuevo y perfecto lugar en el cual viviremos. La Nueva Tierra estará libre de pecado, maldad, enfermedad, sufrimiento y muerte.